lunes, 7 de septiembre de 2009

Guacamaya














La guacamaya

Por: Maria Alejandra Marzola

El 7 de octubre de 2002 llegaron a nuestro colegio unas aves muy bonitas: una guacamaya azul y una roja. El nombre científico de la Guacamaya es ara macao, son pericos grandes de colores rojos, azules y amarillos que habitan en Centroamérica y Sudamérica, más específicamente en las selvas tropicales de Colombia, Ecuador, Brasil y Perú. Estos coloridos y exóticos animalitos fueron donados al zoológico del GCI por la familia Santamaría. Desde entonces adornan nuestro colegio, aunque el año pasado la gucamaya azul se murió y ahora sólo nos queda la roja. Según dicen los empleados del colegio, la azul se murió debido a las fuertes lluvias que llenaron de agua su jaula, y ella cayó y se ahogó. Nuestra Guacamaya roja quedó sola y esto no es bueno para los animales de esta especie porque en estado salvaje siempre están acompañados y tienen una misma pareja de por vida. Hasta el momento vemos que hay dos situaciones que afectan este animalito en el colegio. La primera, que no tiene una jaula apropiada que la proteja de la lluvia, su techo de acero se está dañando, y la palma que lo cubre se le ha caído. El piso, al ser de tierra, al llover se convierte en lodo, además a veces las niñas le arrojan basura. Dentro no tiene muchas ramas por donde trepar como en su estado natural. Por lo tanto, deberíamos, al trasladar el zoológico, hacerle una jaula un poco más grande y plantar un árbol que le pueda servir para trepar. También le podemos conseguir una compañera por trámites legales.

Por otra parte, otra cosa que debíamos pensar sería en su alimentación y bebida. En su estado natural estos animales comen semillas y frutos y en el colegio come los restos del almuerzo, y bebe agua en un recipiente de gasolina que han adecuado para eso. Sería posible darle una alimentación mejor si se sembraran más árboles frutales y ayudaría también hacerle una fuente a su altura donde se le puedan poner la comida y el agua.

En cuanto a su salud, aunque parece sana, es importante que la vea un veterinario para que la revise. Debemos cuidar mucho a este animal pues está en peligro de extinción, no todo el mundo tiene una y es importante que ayudemos a protegerla y a que se sienta cómoda en el espacio que hemos reservado para ella.



La gran responsabilidad de cuidar una especie en vía de extinción

Por Natalia Celis

Desde que regresé al colegio en el año 2004, siempre me interesó saber cómo viven el día a día los animales del zoológico que se encuentran en nuestras instalaciones y la historia detrás de cada uno de ellos. Es el caso de la bella Guacamaya Roja de plumas escarlata que llegó al colegio junto con otra de su especie, por contribución de un padre de familia hace más de cinco años, con el beneficio de adornar el entorno escolar, proteger esta especie en vía de extinción, dar la oportunidad a la comunidad escolar de tener contacto con animales silvestres y permitir un aprendizaje didáctico sobre estos pájaros. Sin embargo, hoy la "bella y saludable guacamaya" se encuentra sola y triste, en un hábitat inconveniente para ella. La situación actual de la guacamaya debe cambiar para asegurar su supervivencia.

El primer problema que enfrenta nuestra guacamaya es la soledad. Hasta el año pasado, la guacamaya tenía una pareja, aunque nunca se pudieron reproducir porque los dos eran machos. Un día, después de las grandes lluvias una de las guacamayas cayó del palo en donde permanecían las dos y, como estaba lloviendo, se ahogó con el lodo que se formó en la piso de su jaula. Desde entonces, la que hoy tenemos ha permanecido sola, a pesar de su naturaleza de permanecer en pareja a lo largo de su vida. Podríamos pensar en buscarle una compañera. Algunas personas podrían pensar en comprar una guacamaya, cuyo costo está por encima de los cien mil pesos. Pero, no, esta no es una buena solución porque estaríamos fomentando su caza y su tráfico ilegal, sabiendo que es una especie en vía de extinción. En nuestro colegio hermano Gimnasio Cartagena, tienen varias guacamayas, podríamos pedirles que nos regalaran una. De esta forma nuestra guacamaya calmaría su soledad y tristeza. Podríamos desarrollar una campaña para poder recibir más animales que se encuentren sin pareja para nuestro zoológico. Esta campaña podríamos coordinarla con las fundaciones que buscan la protección de animales, como la organización Loro Libre de Costa Rica con representación en Medellín.

El segundo problema que enfrenta nuestra guacamaya es su hábitat; la jaula es demasiado pequeña para un animal que le gusta volar y colgarse de los árboles. Tenemos que construir una jaula mucho más grande donde haya un árbol del cual se pueda colgar y en la que pueda volar como si estuviera libre, (podemos juntar todas las aves en una misma jaula). El piso de la jaula podría tener pasto o vegetación. Podríamos utilizar la jaula redonda grande, aunque tendríamos que ponerle un techo de malla para que no se salgan y ponerle palma encima para que se protejan de la lluvia y del sol. La jaula deberá permanecer con candado para evitar que se la roben o que, por curiosidad, alguna niña la pueda dejar abierta.

Por otro lado, actualmente los implementos para su comida y agua permanecen en el suelo con lodo e insectos. El agua que tiene para tomar está muy sucia, pues esta ave bebe y se baña en el mismo recipiente, carece de un bebedero adecuado a la altura a la que le gusta estar, arriba en los árboles. El comedero también deberá estar ubicado en lo alto para que sea más cómodo para el animal.

El tercer problema que enfrenta nuestra guacamaya es su alimentación. La guacamaya come verduras, arroz, puré de papa, y mucha agua. Pero ¿es este el alimento adecuado?, ¿en su hábitat natural los encuentra? La alimentación está relacionada con el color de sus plumaje; recordemos que la guacamaya es un animal que habita los bosques lluviosos y su alimentación natural se basa en frutos verdes, nueces, en algunas ocasiones el néctar de las flores, también algunos estudios han identificado que consumen pequeñas arenillas de los ríos que les ayudan a procesar los ácidos de las frutas. Por lo tanto, la guacamaya deberá comer muchas más frutas y nueces para que el color de su plumaje mejore. Así que sería importante sembrar más árboles frutales y ponerle una caja con arena dentro de su jaula.

El hecho de que en el Gimnasio Cartagena existan varías guacamayas, podría ayudarnos a identificar qué otras cosas podemos mejorar para nuestra guacamaya. Sería importante hacerles una visita para observar la manera cómo las cuidan y las alimentan; por otra parte, se debería conformar un grupo de estudiantes, profesores y papás que les interese el tema de la guacamaya para que podamos hacer mejoras adicionales a las expuestas anteriormente.

Para concluir, quisiera enumerar las propuestas, para que podamos empezar a hacer un plan concreto para llevarlas a cabo. Recuerdo entonces que es importante, por las plumas escarlata, buscarle un compañero, mejorar su jaula para que pueda volar y sentirse como en su hábitat natural; poner su bebedero y su lugar de comida a la altura adecuada; proveerle los alimentos de su dieta como son frutas, nueces y vegetales, que le ayudaran a que el escarlata de sus plumas no desaparezca. Todos debemos colaborar para que estos cambios se logren La situación actual de la guacamaya debe cambiar para asegurar su supervivencia, no podemos olvidar que tenemos en nuestro colegio la gran responsabilidad de cuidar a una especie en vía de extinción.